PRINCIPIO DE VIBRACION

martes, 1 de julio de 2008

TODO TIENE DOS LADOS


Todo en la vida tiene dos lados y en ocasiones tendemos a olvidar esa Gran Verdad. Hace algunos días estaba leyendo uno de los pocos periódicos que existen en el planeta de buenas noticias y leerlo me recordó esos dos lados de las cosas.

Resulta que en un artículo de Alan Cohen, éste contaba la historia de un amigo suyo que casi se ve arrastrado a responder a la violencia con más violencia para detener las acciones de un borracho que estaba afectando a todos gresivamente en el tren donde viajaban, pero un anciano lo detuvo, y se dispuso a controlar, por el Poder del Amor, al borracho que causaba "los problemas" que el amigo de Cohen quería resolver por medio de sus conocimientos en Artes Marciales.

El anciano, con su paciencia y amor incondicional, cambió no sólo la vida del borracho sino también la del karateka ya que consiguió que el borracho se aquietara y desahogara su pena al tiempo que evitó una desgracia.

Muchas veces nos dejamos arrastrar por el lado nefasto de los sucesos, sin ponderar primero que a cada noche sucede un nuevo día. Tenemos la tendencia, quizá por aprendizaje o tal vez por costumbre, de pesar siempre más el lado oscuro aún cuando la Luz es más brillante y anula esa oscuridad.

Hay que tener presente que a cada descenso siempre le sucede una subida y a cada noche le sigue el día. Debemos aprender a fijar nuestra atención en el lado de más alta vibración para que nuestra vida se convierta en un cielo continuo.

El Maestro Jesús nos habló de eso cuando nos enseñó a pedir el cielo en la tierra. El único modo de traer el cielo a la tierra es cambiando nuestros patrones de pensamiento negativos por Pensamientos Positivos. Recordemos que todas las cosas, por la Ley de la Polaridad tienen dos lados, pero de nosotros depende el lado que vamos a eternizar en nuestro diario vivir.

Es mejor reír que llorar, es mejor Amar que odiar, es mejor ser Libre que preso estar y Ser Feliz es más grato que la infelicidad.... ...armémonos de Valentía y digamos NO a los pensamientos menores que la Perfección de la que somos dueños por derecho de consciencia.

Evitemos firmemente el deseo de juzgarnos si acaso fallamos en alguno de nuestros intentos y volvamos a empezar. El camino del Valiente se conoce porque cada vez que tropieza eso le da un nuevo y mayor impulso para continuar. Tocar el fondo de la piscina no es ahogarse, es tener la oportunidad de subir con más fuerza ya que el apoyo del pié en el fondo genera la fuerza de la subida, y entre más empeño se ponga para el impulso, más alto se llega.

¡Resurjamos como el ave Fénix, nos lo merecemos!


© 2001 Madeleine E. Belliard

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