SOBRE LOS ÁNGELES

PILDORITAS DE MOTIVACIÓN

La vida está repleta de ángeles invisibles que amorosamente andan sirviéndonos y ofreciéndonos su amor eterno e incondicional. Muchas veces ni nos damos cuenta de que esos ángeles tienen la cara del prójimo-próximo que nos habla, porque estamos tan enfrascados en auto compadecernos de nuestra "tragedia diaria" que cerramos los ojos y nos negamos a ver la "comedia cotidiana". Aún así esos ángeles llegan cargados de su alegría inocente y el absoluto deseo de ayudar. No les importa que los maltratemos, ni que los ignoremos. A ellos no les interesa si no los notamos, ni les importa si les hacemos o no caso. Ellos llegan con su carga de felicidad dispuestos a sacarnos de nuestro abismo de todos modos. Se disfrazan de todas las formas posibles: desde un niño con la cara sucia y las manos rebeldes, hasta un ancianito tierno que nos suplica le ayudemos a cruzar la calle y nos conmueve tanto el corazón que le llevamos hasta la puerta de su hogar... Estos ángeles saben que cuando estamos atentos a las necesidades de los demás nuestras complicaciones se vuelven tan pequeñas que van desapareciendo paulatinamente; por lo tanto son expertos logrando nuestra compasión. Los ángeles custodios andan por todas partes haciendo su labor de amor. Reconozcámoslos por un momento y agradezcámosle todas las veces que nos han asistido sin que nos demos cuenta. Elevemos una Oración al Creador para pedirle con humildad la bendición continua de esos ángeles que amorosamente se ofrecen a asistirnos. Pidamos ser canales de Ayuda para la humanidad y suprimamos el miedo de nuestras vidas. Recordemos, cuando la vida parezca haber llegado a la oscuridad, que la Biblia dice que “el ángel del Señor acampa al lado de su siervo y lo protege”. Sea un canal de servicio y ayuda. Haga la diferencia. Gandhi dijo: “Sé el cambio que quieres ver.” Seamos, pues, ángeles de Luz.

© 2011 Madeleine E. Belliard